Llamas incestuosas piden ayuda al viento,
quieren animar el baile con su luz de fuego intenso,
que se celebrará en honor de nuestra luna de invierno.
Vienen a la fiesta todos los comensales,
traen guirnaldas azules que ondean como estandartes.
Al frente de todos ellos y animando su llegada,
el ruido viene tronando, agitado y muy nervioso,
avisando la presencia de un intruso disfrazado.
Al punto de su llegada y no pudiendo evitarlo,
la lluvia sin compasión apagó la última llama,
dando fin al homenaje de la amada noche clara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario