Liviano y vaporoso se introduce por los rincones inhóspitos de la mente. Sé que sus garras atrapa a aquellos que lo aman y lo desean con fuerza, inspirándome esos profundos relatos de amor y odio.
Ayer cogí una cajetilla y tras colocar un cigarrillo entre los labios adiviné que hay un maravilloso mañana teñido de inspiraciones.
El humo inundó mis recuerdos y arrojé el cigarro al suelo decidiendo no volver a fumar. Ya no puedo escribir una sola letra porque me faltan las notas dibujadas en el aire...........me faltas tú.
Pues así como tiraste el cigarrillo, tíralo a él.
ResponderEliminarBesos, buen texto.
Aída
Preciosa entrada. Paradójico paralelismo de placeres que matan. Recuerdos de humo, palabras de humo, inspiración.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buen paralelismo. Es que a veces no es fácil tirar un cigarrillo y decir que no vamos a fumar más o dar vuelta la página y olvidar a una mujer. Además del contenido la forma en que lo escribes me gusta mucho. Abrazo
ResponderEliminarCuriosa contraposición. Me ha gustado mucho leerte.
ResponderEliminarUn abrazo
me gusta la analogía, muy bueno tu blog
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