Se levantó de la cama sola y se olvidó de lavarse.
Se tomó un café y se olvidó de echarle azúcar.
Se marchó a la calle y se olvidó cerrar la puerta de su casa.
Se acercó al cementerio y se olvidó cual era la lápida de su esposo.
Se fue a casa de regreso pero se olvidó cual era la dirección.
Quiso recordar su nombre pero también se le olvidó.
Sola deambula por la ciudad sin acordarse apenas de caminar.
Ella no puede recordar, pero nosotros sí.
Buenas letras.
ResponderEliminarGracias por la deferencia de seguirme, yo hago lo popio, soy un bloc de notas y una pluma estilográfica.
Maite
Así de terrible es esa enfermedad. Un perfecto decir.
ResponderEliminarAbrazos
una manera de decir poética de algo tan dramático
ResponderEliminarNosotros que podemos cuidemos de esas personas que se olvidan hasta de respirar...
ResponderEliminarUn saludo